Buscar empleo, por sí solo, es un trabajo duro donde tenemos que llevar a cabo un proceso de selección y discriminación de ofertas laborales que encajan o no con lo que estamos buscando; en ese caso, hay que ser inteligentes y saber cuándo no aceptar un trabajo.
Sin embargo ¡Seamos sinceros! La necesidad muchas veces nos empuja hacia alternativas mal pagadas donde terminamos siendo explotados y abusados por quienes se sienten con poder sobre nosotros. Si bien no podemos evitar que termines trabajando de “cualquier cosa”, existen algunas señales que no deberías pasar por alto a la hora de aplicar a un empleo.
¿Quieres saber cuáles son? Sigue leyendo.
¿Cuándo no aceptar un trabajo?
Sabemos que cada persona tiene necesidades individuales; sin embargo, si te importa tu bienestar personal y quieres mantener un equilibrio entre tu vida laboral y personal, debes conocer las Red Flags de las ofertas de empleo para alejarte de las malas ofertas.
Esas son:
Suena demasiado bueno para ser verdad
No importa dónde o qué busques, siempre te encontrarás con estafas y engaños descarados que te ofrecen algo demasiado bueno para ser verdad.
Este tipo de ofertas abundan en las plataformas digitales; así que ¡Mantente atento! Desconfía de aquellas vacantes que te ofrezcan enormes ganancias, beneficios y oportunidades porque, créeme, casi siempre son falsas.
Si algo te parece demasiado bueno para ser verdad, es probable que lo sea; sin embargo, no descartes solo por eso, dirígete a la información pública de la empresa y, si la oferta no está ahí, entonces es falsa.
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Lleva más de 3 meses disponibles
Cuando una oferta lleva más de 3 meses disponible se presentan dos posibles escenarios (ambos relacionados a un descuido de la empresa):
- El puesto fue ocupado, pero nunca quitaron el aviso.
- Llenar esta vacante no es prioridad para la empresa.
Independientemente de cuál sea el motivo, tus posibilidades de hacerte con el empleo son mínimas; así que, no pierdas el tiempo.
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Hay detalles que “no te convencen”
Una de las señales más obvias para no aceptar un trabajo son esos aspectos a los que dices “Sí, pero no”. La oferta no siempre tiene que ser falsa; sin embargo, una descripción vaga, la misma oferta repetida en diferentes épocas o las malas críticas sobre el empleo deberían hacerte encender las alarmas.
Si la oferta no es clara, nunca sabrás si calificas o no; asimismo, encontrarte con una oferta que ya has visto antes, te da a entender que los empleados abandonan el puesto o que la empresa se deshace de ella, lo que evita tu crecimiento.
Por otro lado, hay casos en que los mismos postulantes se quejan de la empresa.
Estás sub o sobrecalificado
Estamos hablando de dos situaciones distintas: un salario muy elevado donde no cumples con las características del puesto y una paga mínima que no alcanza para costear tus conocimientos y experiencias sobre el cargo.
Asimismo, hay otros criterios (además del salario) que debes tomar en cuenta.
Sé realista y piensa en tus capacidades; si estas no son las que necesita la empresa, tus posibilidades disminuyen y, al final terminarás perdiendo el tiempo en una solicitud para la que estás subcalificado.
Por otro lado, los empleadores esquivan a los sobrecalificados ¿Por qué si son demasiado buenos? ¡Precisamente por eso! Ya que, tienen miedo de que abandones el puesto ante una mejor oferta.
El trabajo no se adapta a tus valores y deseos
Hay ciertas aptitudes y cualidades que los empleadores buscan entre los postulantes y que, muchas veces, resultan inimaginables para ti; tales como trabajar los fines de semana, en vacaciones u horarios nocturnos.
Si no estás dispuesto a hacerlo ¡No te postules! O, postúlate y acláralo en la entrevista; si no están dispuestos a dar su brazo a torcer, es una señal para no aceptar un trabajo.
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